
Art School Confidential tiene el tono, la personalidad, el humor y la actitud de la dupla Clowes-Zwigoff en un historia que desde la premisa de metérsele al rancho al mundillo del arte y su academia, genera una sonrisa. Es fácil conectarse con la propuesta de la película porque aunque pocas personas tienen la valentía o el descaro de no solo dedicarse al arte sino además de estudiarlo, casi cualquiera puede entender lo arbitrario, pomposo, falso, hipócrita y vanidoso que puede ser el "medio artístico". Si a eso le sumamos uno que otro elemento de las comedias adolescentes (vírgenes, triángulos amorosos, etc.) y un asesino en serie, tenemos una mezcolanza sabrosa en términos generales. La película funciona bastante bien en la medida en que establece todos los estereotipos del caso a través de Jerome Platz (Jerome no Jerry), un protagonista que con el sueño de ser el Artista Más Importante del Siglo XXI, entra a una academia de Nueva York. Gracias a él conocemos al genio, al gurú frustrado, a la adorable pero huidiza amada, al compinche testorónico, al director de cine intenso, al gay de closet, al mentor alcohólico, y a un desfile de personajes interesantes que logran meterlo a uno en la historia. Pero el problema es justamente esto último: la historia.

Art School Confidential es una película demasiado compartimentada que si bien está basada en un cómic de cuatro páginas publicado en un número de Eightball (la revista de Clowes que todos deben comprar), parece más una de esas historietas autopublicadas que con cada nuevo capítulo cambian de tono y de sentido porque entre episodios pasan varios meses o incluso años. Esto también pasa en Ghost World, pero Enid y Rebecca son dos personajes lo suficientemente bien construidos como para darle a su película la cohesión que no le da el guión. En el caso del joven Jerome y sus sueños contrahechos, él no tiene la profundidad suficiente como para sostener una historia tan inconstante.
Al final de cuentas, la película aguanta bastante y me permito recomendarla. Sin embargo, debo decir que existe la posibilidad de que al verla, el usuario quede con la sensación de que le hizo falta algo. En otras palabras, si ya pensaba echarle un ojo, alquílela o bájela o róbesela lo antes posible, pero si planeaba invitar a varios amigos no comiquistas a ver qué tal resulta, es mejor que tenga su copia de Animal House a la mano.
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