7/1/11

El 2010 y el cómic colombiano

El 2010 fue un gran año para el cómic colombiano por cuenta no solamente de la calidad y la cantidad (internamente es un número importante) de novedades sino también gracias a que distintos eventos y actividades le abrieron nuevos espacios y posibilidades a las historietas y sus autores. Puede que esté pensando con el deseo pero lentamente hemos logrado generar un cubrimiento mediático que se aleja de la curiosidad antropológica ("Mira, un cuarentón con capa") y lentamente le hemos perdido miedo a someternos a la opinión de lectores y periodistas que no están comprometidos con nuestros sectarismos trasnochados ("Si te gusta 'Persépolis' no puedo hablar contigo").

De igual manera, el proceso de apropiación y desarrollo del lenguaje secuencial por parte de los autores locales va por buen camino. El estrecho mercado nacional empieza a llenarse de propuestas que no se conforman con parecerse a los referentes externos y están empezando, por fin, a adaptar el medio a sus propias necesidades y realidades. Ojalá el impulso de estos 12 meses nos sirva para que el 2011 sea aún mejor. A continuación, los referentes principales con un poquito de carreta.

Publicaciones:



Virus Tropical II de Power Paola.
La novela gráfica autobiográfica de Paola Gaviria (que en Colombia recibimos en tres entregas de varios tamaños) es un recordatorio constante sobre dónde está la verdadera magia del lenguaje secuencial: sus reglas están ahí para ser transformadas y para transformar nuestros propios códigos y convenciones. En ese fanatismo pueril en el que muchos nos enamoramos del cómic es fácil confundir expresividad con malabarismo y asumir que un buen cómic depende de seguir las normas no de reimaginarlas. PowPao nos invita a recorrer escenas de su infancia y juventud en el seno de una familia paisa en Quito. A medida que recuerda construye un mundo que se ha ido haciendo más complejo y detallado, todo desde un trabajo gráfico intuitivo pero seguro. Solo nos queda esperar el tercer volumen. Linques: Blog y notas anteriores.


LARVA #9-13.
La antología comiquera editada en Armenia tuvo un año excelente. El ritmo de crecimiento editorial de Daniel Jiménez et al no deja de sorprenderme y agradarme. Sin duda es una publicación que ha sabido sacarle provecho a los recursos que tienen cerca y al desinformado interés que viene generando el cómic desde hace algunos años en el país. Por solo nombrar una de sus múltiples cualidades, creo que se diferencia de otras experiencias porque está más interesada en atraer que en sentirse el Enron del paseo (Chico más inteligente del lugar). Una buena combinación de apertura y criterio. De los números de este año mi favorito es el 13 (el más reciente) porque muestra a casi todos sus colaboradores en su máxima expresión (para beneficio o descrédito de cada uno). Entre mis colaboradores nacionales favoritos no pueden faltar: Joni b, Mariana Gil, Luto, Will Zapata, Inu, Truchafrita, m.a. noreña, mrz, Nomás, mejor dicho (digamos que muchos son amigos pero igual tienen lo suyo). 


Larva Splendor (Especial Harvey Pekar):
Personalmente, la muerte de Harvey Pekar fue un golpe muy fuerte. Nunca me imaginé que esta pérdida fuera a ser compartida por más de tres personas en este país de frankmilleristas. Contrario a mis expectativas, los LARVA convocaron a distintos autores para hacerle un sentido homenaje  al héroe cotidiano de Cleveland con muy buenos resultados. Su servidor, junto a Camilovosky, aportamos una reconstrucción de este encuentro con Harvey. Algunas referencias a Pekar en este espacio acá.


Cuadernos Gran Jefe nueve más conversaciones de Truchafrita.
Sobre Truchafrita se ha dicho mucho y casi todo es verdad. Si hay referente que unifique la nueva historieta colombiana es este autor paisa. Este nuevo conjunto de meditaciones citadinas siguen por la senda de la mayéutica cervecera, ahora con la aparición especial de Condorito.   


4 Jinetes 2: Way of the Heart de Jean Zapata.
La historieta bogotana tenía que sacar la cara por algún lado y este esfuerzo de Zapata y la Editorial Cultura(s) mantiene vivo un compromiso con la realidad y con la imperativa necesidad de renegociar su representación. Reproduzco algo que ya escribí: "Zapata juntó una colcha de retazos en forma de libro que tiene más que ver con su proceso de crecimiento como artista que con una mirada que se precie de ser neutral o centrada. Esta característica es una fortaleza del ensayo gráfico pues encuentra en el formato de la novela gráfica un espacio convencional perfecto para este proceso simultaneo de mirada y transformación". 


Bastonazos de ciego de Andrezzinho.
Este ilustrador e historietista bogotano que conquistó tantos lectores desde su blog, logró gracias a LocoRabia y Burlesque llevar su creación al papel. Una historia simple de un triángulo amoroso tremendo contada desde una conciencia precisa de la capacidad poética del arte secuencial. 


Ficciorama (Compilado Seis Números y fanzine)
Boris Greiff et al. sacaron la cara por Bogotá con este fanzine dedicado a la ciencia ficción y sus arbitrariedades afines. Una estrategia de superviviencia convertida en promesa.


El cómic invitado a la biblioteca pública (CERLALC): En cuanto a publicaciones teóricas, la cuantiosa participación colombiana en este libro (entre la cual me incluyo con un capítulo) sirve como invitación a que sigamos buscando espacios nuevos y mejores para la historieta en el país. La investigación académica sobre el tema ha brillado por su falta de constancia. Nos cuesta definir puntos comunes de partida tanto en cómo definimos los elementos constituyentes de la historieta como de su relación con sus principales formatos y culturas asociadas. Falta mucho por hacer pero vamos por buen camino.

Índice:
El lenguaje del cómic; Jaime Correa (Colombia)
Panorama de la historieta en Iberoamérica; Pablo Guerra (Colombia)
Panorama de la producción de cómics en Brasil, Waldomiro Vergueiro (Brasil)
Organización de una colección de cómic y manejo del espacio físico, Vicente Funes
La biblioteca guarida de los superhéroes de la lectura, Gonzalo Oyarzún (Chile)
Jóvenes y producción gráfica y audiovisual a partir del cómic, Francisco Leñero y Mariana Ruiz Romero (Bolivia)



Clan Nahualli
Otra estrategia de supervivencia transformada en alternativa es el trabajo adelantado por el Clan Nahualli de Bogotá y sus alrededores. Camilo Triana, Giovanny Nieto y Henry Díaz cumplieron dos años de labores secuenciales que ha punta de perseverancia y ganas les ha permitido hacerse un lugar en el contextos nacional.


Comic Road
La revista virtual de cómics "Comic Road" es otra de las razones para celebrar el estado actual de la historieta nacional. Esta creación del ilustrador colombiano John Joven sumó tres números más durante el 2010 que lograron reunir una muestra diversa de la producción mundial. Bajo la consigna de mantener abierta la convocatoria de material, por sus páginas de Issuu ha pasado un verdadero desfile de estilos, estéticas e intereses.
Gracias a A. Martín que me hizo caer en cuenta de este olvido grave (espero que perdonable porque ya lo subsané).

Otras publicaciones (por completar): Maldita Vendita (Phyco), Folkor (Ave Negra), Zambo Dendé (7G ;preview). Exo-Gen (Cómic en línea) y Relatos del Bicentenario (CEAC).

Eventos:



Entreviñetas (1er. Encuentro Nacional de Historietas)
Por un fin de semana en noviembre, Armenia se convirtió en Armouleme y nos dio la bienvenida a autores, estudiosos y afines con el único propósito de hablar de cómics. Nada de caricaturas a 3000 o de justificaciones fastidiosas. Una maravilla que todavía me pone contento cuando me acuerdo.




1ro y 2do. Salón de Historieta Universitaria
El trabajo de recolección y selección de Bernardo Rincón le dio la vuelta al país en el marco de las dos primeras versiones del Salón de Historieta Universitaria.



Calicomix 2010
José Campo y los suyos siguieron impulsando el universo gráfico nacional durante el 2010 con la organización de una edición más de Calicomix. Siempre es un placer acompañarlos.

Otros eventos:
SOFA 2010 (Bogotá), Pabellón del Diseño Gráfico y la Caricatura (FILB, Bogotá)

Eso es todo por ahora. Me imagino que esta  entrada será editada y re-editada varias veces para tratar de consolidar la mayor cantidad de información. Como siempre, ahí están los comentarios para echar a andar la discusión. Gracias a todos los involucrados.

4/1/11

Bakuman Matata

En la eterna y extensa lista de espera estaba Bakuman de Tsugumi Ohba (guión) y Takeshi Obata (dibujo), el equipo creativo detrás de la archiconocida Death Note. En esta ocasión, se trata de un recorrido por la temprana carrera de una pareja (dúo) de autores de manga que sueñan con convertirse en mangakas profesionales. Hace unos días conseguí el primer tomo de la versión en inglés editada por Viz Media. 200 páginas después no creo que siga la serie, aunque está dibujada y escrita correctamente, y, el tema de la industria japonesa de cómics es muy interesante, tengo discrepancias profundas con la concepción que presenta de qué significa crear cómics y hacer de ello una profesión. 


La formula detrás de Bakuman se expresa, como en los mangas mejor aceitados, en  la contraportada: al mismo tiempo que el lector descubre y se involucra con la historia aprenderá los secretos del mundo del cómic japonés para, ÉL también, convertirse en un creador de manga. Y digo "ÉL" porque ésta es una obra que claramente está dirigida al público masculino: sus espacios e imaginarios se apoyan en la figura recurrente del Club de Chicos donde las mujeres son la disculpa o la justificación para que los protagonistas crezcan y reluzcan. Esta masculinidad exacerbada es bastante común en la industria japonesa que depende en gran medida de la división hombre/mujer (Shonen/Shojo). Digamos que ahí ya hay un elemento opuesto a mí concepción personal del arte secuencial como un espacio de diálogo diverso y no como una sucesión de cajas aisladas. El cómic, o mejor el uso que yo pretendo hacer de él, apunta a convocar muchos tipos de lectores aunque esto redunde en perder credibilidad y viabilidad comercial (Para esa gracias prefiero dedicarme a editar revistas culturales para políglotas o mejor a ser cajero de banco). 

Por encima de lo anterior, mi verdadera objeción a la obra proviene de qué entiende por comiquero. En Bakuman, dedicarse a la historieta significa ser el mejor en un modelo de producción masivo industrializado, en otras palabras, ser el empleado del mes en Shueisha o, para que me entiendan los encapotados, Marvel Comics. Entonces, me pregunto: salvo la diferencia en capacidades o estudios, ¿qué diferencia a un comiquero profesional de un gerente? Yo sé que el desarrollo de habilidades artísticas es uno de los grandes retos de la creación de cómics pero lo que más me importa es qué hace un autor con esas habilidades: algo así como todo lo que diferencia a Art Spiegelman de Alex Robinson (o para estar a la moda de la cultura geek, John Buscema).


De hecho creo que uno de los temas claves del momento actual del cómic mundial pasa por repensar la relación entre técnica y contenido. Por años, la profesión de historietista estuvo definida por un manejo cada vez más depurado de los requerimientos técnicos (algo así como ser Andrew Loomis reencarnado). Pero creo que hoy en día las historietas que realmente han atraído nuevos lectores se producen a partir de un replanteamiento del lenguaje gráfico. No se trata de repetir el canon y las reglas de una industria sino de construir un código propio, personal e intransferible de representación. Lo anterior, como es de esperarse, no aparece por ningún lado en Bakuman. Por el contrario, Ohba y Obata nos exponen a una sucesión de retos y tareas que, como los 12 pasos de AA o cualquier torneo de lucha libre, convertirán a Akito y Moritaka en verdaderos campeones de las viñetas. Los cómics según este servidor son mucho más simples y complicados.