13/8/07

Medio perdido pero no por mucho tiempo.

Se pasa el tiempo así como así. De pronto estamos a 13 de agosto y, sin darme cuenta, llevo 13 días sin publicar nada en el blog. Lo que pasa es que creo que dejaré este espacio para dedicarme exclusivamente al facebook que no requiere tener algo que decir y lo mantiene a uno ocupado mandándose pendejadas con los compañeros del colegio y los amigos de la universidad que no quieren desperdicar el tiempo de oficina trabajando. No mentiras. Lo cierto es que el final del verano ha estado un poco agitado y no he tenido cabeza para sentarme a escribir. Sin embargo, hay un cantidad de películas y cómics para reseñar que se han estado arrumando en mi cabeza y que ojalá en estos días pueda ir sacando a la luz pública. Entre las cosas que les puedo anticipar y que espero lleguen a buen término, están estás películas en versión 2x3:

Sunshine (2007): la película de Danny Boyle (28 Days Later, Trainspotting) que estrenaron hace unos cuantos meses y que me dejó obsesionado. Yo sé que no es la última novedad pero esta historia de una misión al Sol para salvar la Tierra es de lo mejor que he visto este año. Es una de esas películas que si bien alude a una cantidad de convenciones y temas tradicionales logra generar una personalidad visual y narrativa propia. En otras palabras, resuena mucho pero no se parece a nada.

Stardust (2007): Entre tanto lanzamiento encapotado y tanta trilogía, la adaptación de la novela (gráfica y de las otras) de Neil Gaiman resultó ser una pequeña maravilla. Por más de que, como en la mayoría de títulos inspirados en la mitología anglosajona, los últimos 15 minutos de Stardust sean más empalagosos que una "paleta" del Chavo, esta cinta de Matthew Vaughn bien podría convertirse en la nueva Piratas del Caribe (Ojo, que me refiero a la primera película por la que no se apostaba mucho pero que terminó conquistando a todo el mundo). Los nombres rimbombantes de Robert De Niro y Michelle Pfeiffer se conectan a nivel casi atómico con dos personajes memorables (Captain Shakespeare y Lamia, la bruja), Claire Danes no podría ser más perfecta y Sienna Miller actúa como ella misma.

Ratatouille (2007): Yo no me cuento entre los adoradores de The Incredibles, de hecho me pareció bastante normal, pero Brad Bird se fajó una señora película animada que no se puede dejar pasar. Como en las mejores entregas de Pixar, la historia de una rata que sueña con ser chef es una aventura espectacular que nunca amenaza con insultar la inteligencia del público. Las ratas actúan como ratas y los humano están diseñados como los grandes clásicos de la animación norteamericana. Además, entre tanta porquería que hay para comer en este país(el otro día me compré un McDonalds gringo y me cayó como una pata de cosaco bailarín), hacer una película sobre el placer de cocinar y comer es lo correcto.

Knocked Up (2007): Como con "40 year old Virgin", Judd Apatow volvió a hacer una película cuya premisa no prometía mucho pero que a punta de buenos diálogos y personajes bien armados termina convirtiéndose en una de las pocas comedias de la temporada que de verdad hace reír.

Bourne Ultimatum (2007): No creo que vaya a hacerle una entrada a esta película pero la nombro para dejar constancia de que la vi. El capítulo final de la trilogía de Bourne no desentona con las entregas anteriores y presenta a un Matt Damon, que por cosas del reciclaje, es el héroe de acción ¡más joven de la temporada!

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1/8/07

La reseña de The Simpsons Movie o ¡Es buena! No es nada del otro mundo pero es buena.

Era como una tarea que tocaba hacer y que se hizo con toda la disciplina y el poquito de entusiasmo que requería. Me vi la tal Simpsons Movie y me gustó. De hecho, creo que no estoy exagerando si digo que está buena tal y como se esperaba: no le llega ni a los talones a los mejores capítulos de los noventa pero es definitivamente superior a, como mínimo, las tres ultimas temporadas en su decadente totalidad. Los personajes hacen lo que tienen que hacer: Homero la embarra y protagoniza, Marge gruñe, Maggie sabe más de lo que creemos, Lisa es un Pepe Grillo enamoradizo y Bart hace de Bart. La historia comprueba que la diferencia entre una sit-com y un largometraje es más café. el clip de Itchy and Scratchy es excelente. Y como en los buenos momentos amarillos, nos deja una lección que comprueba nuestra propia estupidez en forma de pregunta: ¿por qué pagar por algo que es gratuito? Personalmente digo, porque sí y además lo recomiendo.



Lo que más me gustó de The Simpsons Movie es el hecho de que a diferencia de otras franquicias y de la mayoría de fanáticos -frikis- de los mundillos mediáticos, Groening y el equipo de escritores se las arreglaron para no tomarsela muy en serio. Creo que ninguno de ellos se planteó el proyecto, por lo menos en los últimos cinco años, como el Santo Grial que iba a reescribir la historia del cine y la televisión. En otras palabras, me gustó el hecho de que esta no es la película de "Itchy and Scratchy" que Bart no puede ver en ese capítulo memorable en el que, al final, el niño pesadilla termina convertido en el Fiscal de Distrito. Además, me tomo el atrevimiento de asegurar que justamente en esa simpleza mental radica el éxito de The Simpsons Movie.


No les voy a poner un resumen del argumento porque creo que no hay necesidad, ustedes ya deben conocer a los personajes y si alguien todavía no puede adivinar la estructura básica de la serie pues de malas. En cambio, prefiero limitarme a decir que hay chistes variados (buenos, simpáticos, extraños, de guiño) pero en general de buen nivel. Por lo menos en la versión en inglés hay una que otra cita que si tuviera 20 años, pasaría directamente a la región de mi cerebro encargada de la charla cotidiana. En otras palabras, el combo Krusty se logra con todos sus requisitos aunque no sea el mejor combo de la historia.


Para finalizar: Si esta misma película hubiera sido estrenada hace diez años, habría sido la locura furiosa. Para nadie es un secreto que el impacto inicial que causaba la parodia de los Simpsons, se resolvió en un Springfieldización de los medios. La evidencia de los absurdos, las contradicciones y las estupideces de la vida actual, no hizo que nos saliéramos del círculo vicioso, hizo que nos termináramos de enterrar. La televisión abierta no es para pensar (aunque a veces nos parezca que lo hacemos) de lo contrario, los imitadores de turno -Family Guy, American Dad- no tendría aficionados. Contrario a lo que pensaba antes, la risa amarilla toda ella entera es tan sosa como la de los Brady Bunch. No sé, es mi opinión.


Me voy a ver Blow Up para recordar a Antonioni.

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