
Hace 15 años, la San Diego ComicCon servía para que un relativamente pequeño grupo de adultos frustrados y adolescentes con ganas de hacerse millonarios haciendo historietas se reunieran en torno al medio que los apasionaba. Hace 10 años, servía para que celebridades de poca monta o héroes de programas infantiles de décadas pasadas (que en muchos casos eran la misma cosa) pudieran hacer un dinerito extra vendiendo fotos y mercancía tipo gift shop. Hace 5 años, la "convención de cómics más grande del mundo" (no es verdad pero buehhhno) se convirtió en una de esas farsas seudo-turísticas en la que los inocentes consumidores estadounidenses pasaban un fin de semana expuestos a cuanto producto mediático se pudieran imaginar: juegos, películas, superhéroes, chicas, star wars, juguetes, figuras, más chicas, animación, etc.
Hoy por hoy, la San Diego ComicCon se trata de todo menos de cómics al punto de que las noticias que se desprenden de ella tiene que ver más con televisión y cine que con historieta. Si bien en años pasados la entrega de los Eisner o las conferencias de dibujantes o escritores importantes eran el marco central, ahora estos son pequeñas hormigas espichadas entre los stands de las superproducciones del verano próximo. Entre la lista de las cintas tiqueteras se destaca la nueva versión para la gran pantalla de los Simpsons, un programa que aunque ocupa un lugar muy profundo en mi corazón, debió acabarse hace por lo menos cinco años si no más. ¿Realmente hace falta un película de la primera familia de la animación? ¿Qué vamos a ganar los fans de toda la vida con ver a Homero en pantalla gigante? ¿Vamos a dejar de hacernos los bobos con todo lo que pasa a nuestro alrededor, vamos a cansarnos de una vez por todas de la TV idiotizante que repite la misma fórmula temporada tras temporada? ¿Será que cuando Bart haga de las suyas y Lisa lo ponga en perspectiva, el mundo mandará a la mierda a tanto Lost, 24, CSI y Padre de Familia, todos programas que parecen escritos por personas con un lapso de atención de 0,5 segundos y el criterio de George Bush?

Sinceramente, creo que no. Creo que con The Simpsons la película se va terminar de enterrar al que alguna vez fue el mejor programa de televisión del mundo. De pronto si me lo hubieran preguntado a la altura de la sexta o la septima temporada, habría dicho que ir a la gran pantalla era el paso lógico de un concepto que iba a transformar los medios para siempre, pero ahora, después de haber visto a la audiencia arrodillada a los pies de tanta basura, tengo que decir que la película de los Simpsons es una de esas aberraciones de la mercadotecnia como Shakira o el grupo Magneto. La verdad duele pero Los Simpsons se parecen cada vez más a las ovejas negras de la familia: a Jessica y Ashlee.
Por si acaso, acá están los videos que se presentaron en San Diego con risas del público como para que no tengamos que preguntar ni cuando estar felices ni cuando aplaudir. Veánlos y diganme si no queda la sensación de que son chistes y situaciones repetidas.
Además de este de abajo hay otro que los pueden encontrar acá (no lo pongo porque no me gustas los blogs que son tiras y tiras de youtube. También está el trailer que apareció hace unos meses en el superbowl acá.
Hoy por hoy, la San Diego ComicCon se trata de todo menos de cómics al punto de que las noticias que se desprenden de ella tiene que ver más con televisión y cine que con historieta. Si bien en años pasados la entrega de los Eisner o las conferencias de dibujantes o escritores importantes eran el marco central, ahora estos son pequeñas hormigas espichadas entre los stands de las superproducciones del verano próximo. Entre la lista de las cintas tiqueteras se destaca la nueva versión para la gran pantalla de los Simpsons, un programa que aunque ocupa un lugar muy profundo en mi corazón, debió acabarse hace por lo menos cinco años si no más. ¿Realmente hace falta un película de la primera familia de la animación? ¿Qué vamos a ganar los fans de toda la vida con ver a Homero en pantalla gigante? ¿Vamos a dejar de hacernos los bobos con todo lo que pasa a nuestro alrededor, vamos a cansarnos de una vez por todas de la TV idiotizante que repite la misma fórmula temporada tras temporada? ¿Será que cuando Bart haga de las suyas y Lisa lo ponga en perspectiva, el mundo mandará a la mierda a tanto Lost, 24, CSI y Padre de Familia, todos programas que parecen escritos por personas con un lapso de atención de 0,5 segundos y el criterio de George Bush?

Sinceramente, creo que no. Creo que con The Simpsons la película se va terminar de enterrar al que alguna vez fue el mejor programa de televisión del mundo. De pronto si me lo hubieran preguntado a la altura de la sexta o la septima temporada, habría dicho que ir a la gran pantalla era el paso lógico de un concepto que iba a transformar los medios para siempre, pero ahora, después de haber visto a la audiencia arrodillada a los pies de tanta basura, tengo que decir que la película de los Simpsons es una de esas aberraciones de la mercadotecnia como Shakira o el grupo Magneto. La verdad duele pero Los Simpsons se parecen cada vez más a las ovejas negras de la familia: a Jessica y Ashlee.

Además de este de abajo hay otro que los pueden encontrar acá (no lo pongo porque no me gustas los blogs que son tiras y tiras de youtube. También está el trailer que apareció hace unos meses en el superbowl acá.