Cuando el modelo de producción tradicional de las revistas de cómics entró en crisis, la producción y el mercado del cómic quedó reducido a su mínima expresión. Las costumbres de lectura que se habían generado en los sesenta, los setenta y los ochenta no lograron mantenerse en parte porque las hábitos de los lectores cambiaron pero además porque los proyectos nacionales no lograron restablecer la conexión con el público masivo dificultando así su viabilidad económica. El siglo XXI encuentra al cómic colombiano convertido en una forma de expresión artística relegada a círculos de coleccionistas y conocedores. Sin embargo, en 2003 nace la gacetilla “Robot” en Medellín de la mano de Truchafrita, m . a . noregna y Tebo. Esta iniciativa planteó una alternativa a los constantes intentos por encontrar un lugar para los cómics en el mercado local. En vez de pretender alcanzar la viabilidad económica, “Robot” optó por ser una publicación mensual, independiente y gratuita cuyo objetivo es difundir el trabajo de varios autores predominantemente colombianos. Hacer historietas, según esta propuesta, no es un oficio para ganarse la vida; se hacen cómics porque se trata de una necesidad de expresión ineludible. La publicación además se nutre de las tendencias de grandes centros editoriales de cómics como Estados Unidos, Francia y España desde una mirada activamente crítica de dichos referentes. Más allá de reseñar la producción de material extranjero, “Robot” es una ventana hacia títulos, autores y movimientos que, como se dijo antes, eran muy poco conocidos en Colombia. De esta forma, ha servido para establecer un diálogo fluido entre creadores de distintas ciudades colombianas y el exterior. La gacetilla, que por estos días se acerca a su edición número 100, logró consolidar un tipo de creador de cómics, ejemplificado en Álvaro Vélez (Truchafrita), que ha logrado adaptarse a la hostilidad del ambiente generando sus propias reglas. Incluso en 2010, Robot, ahora como editorial, lanzó la novela gráfica “Parque del Poblado” de Joni Benjumena (Joni b), uno de sus asiduos colaboradores, gracias a una beca de creación otorgada por la Alcaldía de Medellín.
Los planteamientos de “Robot” fueron de gran influencia para el surgimiento en 2006 de la revista “Larva” en Armenia. Se trata de una publicación de cómics que a partir de apoyos institucionales y becas ha logrado ganarse un espacio en las librerías de las principales ciudades del país. La solidez crítica y el principio de “producción a pérdida” le han permitido a su editor Daniel Jiménez abrirle un espacio al cómic en el contexto cultural colombiano. Lo que “Robot” logró a nivel local en Medellín, “Larva”, a su manera, lo extendió a nivel nacional. Además, la publicación de la revista ha sido complementada con la organización de ciclos de charlas con el apoyo de la Red de Bibliotecas en el Museo Quimbaya y con la realización del Festival Entreviñetas que en 2011 tendrá su primera edición con invitados internacionales. A su vez, “Larva” tiene una fuerte presencia en las redes sociales, cosa que le permite mantenerse vigente en la cotidianidad de sus lectores y seguidores por fuera de la periodicidad de los números de la revista.
De hecho, internet ha sido uno de los grandes dinamizadores del estado actual de la historieta en Colombia. El caso de Paola Gaviria (Powerpaola) es especialmente interesante porque las redes de artistas en internet le han facilitado construir una carrera y consolidar su forma particular de hacer cómics. Ella, junto a otros autores como Joni b y Nomás, fue una de las primeras invitadas colombianas a participar en la página web “Historietas Reales”, un blog argentino donde cada autor tiene que publicar una página de historietas a la semana. Powerpaola aprovechó este espacio para serializar su primera novela gráfica autobiográfica, “Virus Tropical”, ahora publicada en Argentina por Editorial Común y en Colombia por La Silueta. De igual manera, Gaviria hace parte de “Chicks on comics”, una página donde creadoras de distintas partes del mundo mantienen una conversación virtual en viñetas que se contestan entre sí periódicamente. Internet también ha sido utilizado como medio principal de difusión por revistas como “Vinagreta Garbo” y por autores como Andrezzinho y el Clan Nahualli, entre otros.
La reciente publicación de varias novelas gráficas colombianas como “Virus Tropical” de Paola Gaviria, “Parque del Poblado” de Joni b, “Bastonazos de ciego” de Andrezzinho, "Calidez Aislada" de Camilo Aguirre y “4 Jinetes” de Jean Zapata alude a un momento particular en donde las producciones que surgieron y se consolidaron al margen del ámbito del libro empiezan a reclamar un espacio y un reconocimiento por parte del público y los libreros del país. Es claro que una Ley del Libro acorde con este nuevo panorama cultural debe permitir y facilitar que esta producción encuentre un espacio y le siga aportando a la bibliodiversidad. De hecho, una revisión de la ley que propenda por fortalecer el libro en nuestro país debería hacer del cómic un aliado capaz de convocar nuevos lectores y nuevos autores brindándole el suficiente apoyo para desandar la distancia que los separa.
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