24/6/06

The Wang o las aventuras alrededor de un vibrador llamado perdedor.

RESEÑA
The Wang 1 y 2.
Stan Yan.
2000/2006.

Dentro de la marea mareadora y a veces vomitiva de la autopublicación de cómics aparecen propuestas que sacan la cara por toda la vecindad. En el caso de Stan Yan, su serie The Wang sobresale por cuenta de la mezcla perfecta de solidez conceptual, excelente actitud y dos millones de estrategias para torturar a un personaje principal. Así, la vida y obra del tímido veinteañero Eugene Wang nos ofrece un conjunto de elementos ideales para armar un cómic más parecido a una sit-com pasadísima que a un título humorístico tradicional. Por eso, en vez de convertir al joven en una otra parodia de superhéroes, Yan lo mete en un triángulo amoroso de pesadilla conformado por Eugene, su novia y su madre. Su madre de él. Si a esto le sumamos que el tipo acaba de terminar la universidad y está buscando trabajo o en otras palabras plata, tenemos suficientes enredos, incomodidades, transpiración y estafadores para hacer de The Wang una historieta que se merece una oportunidad.

Según Yan, yo le compré uno de los últimos ejemplares que le quedaban del primer tomo. Y aunque podría ser una estrategia para vender, me lo dijo con una tranquilidad que le daba mucha verosimilitud (Obviamente en Amazon se deben conseguir los dos refácil). El hecho es que si tuviera que recomendar uno de los dos volúmenes, el segundo definitivamente es el más atractivo. Usualmente, y lo digo por experiencia propia, cuando uno está planteado el mundo y los personajes de una serie cómica se toma mucho tiempo asegurándose que todo está bien plantado como para que el lector entienda el tipo de humor que uno está trabajando. Así, cuando la tarea de difundir las bases de la serie está terminada empieza la verdadera fiesta, el segundo tomo, en el que todo puede pasar y los giros son cada vez más exagerados y divertidos. La secuencia de un Eugene moribundo arrastrándose hasta la casa de su (ex)novia para que los padres de ella no encuentren The Loser, su vibrador, es absolutamente clásica. De hecho deben ser las veinte páginas de cómics con las que más me he reído en los últimos meses.

Aunque uno de sus referentes directos es Peter Bagge con Hate y Apocalypse Nerd, The Wang me recordó más a 4 Segundos de los argentinos Alejandro García Valderrama(g) y Feliciano García Zecchin(d) porque me remite al estilo de la comedia televisiva. Ya no se trata del círculo vicioso de la historieta noventera en el que el protagonista es un clon del autor y el mundo del papel es una caricatura del propio. Ahora se trata de una comedia distante de la experiencia creadora que ojalá empiece a recibir el reconocimiento que merece.

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