¿Cuándo fue la última vez que el ciclo noticioso incluyó las acciones de un asesino solitario que arremete contra un grupo de personas indefensas? Antes de la masacre en el estreno de medianoche de The Dark Knight Rises en un teatro de Colorado el pasado 20 de julio, fue el ataque de un individuo durante un evento político de la senadora Gabrielle Giffords en Tucson, AZ, en 2011, o fue algún otro desequilibrado que abrió fuego en el campus de una universidad como el tipo de Virginia Tech en 2007. Seguramente por la conexión con la película Batman, pero también porque justo esa mañana Matilde durmió una siesta más larga de lo normal, el tema se me quedó dando vueltas en la cabeza.
Me acordé de la primera sesión de un curso de "Escribir y dibujar cómics" que tomé hace varios años en RISD. El profesor, un gran maestro en el arte de contar historias y construir mundos, nos planteó como proyecto de todo el trimestre hacer un cómic romántico. Nos dijo: "Estoy cansado de tanta violencia y creo que es hora de hacer un pequeño contrapeso. Por ejemplo, ¿cuántos de ustedes han disparado un arma en la última semana?" Su pregunta me pareció exagerada. Incluso viniendo de un país tan militarizado como Colombia, la idea de que en un grupo de 10 personas, para más detalles, creativas y amantes de los cómics, podía haber por lo menos uno que contestara "sí", me parecía imposible.
Tres compañeros levantaron la mano y uno de ellos aclaró que solía ir a practicar tiro dos veces por semana. Cuando, en otra sesión, ese mismo tipo terminó su defensa de Punisher bufando "es un gran personaje porque es un hombre con armas, simplemente un hombre con armas", supe, por enésima vez, que estaba en un país extraño y ajeno en el que no quería acomodarme. [Ahora me preocupa vivir en otro país lleno de armas como Colombia pero por lo menos acá estoy en el lugar en el que crecí.]
Y que no se malinterprete: Es claro que la culpa de lo que pasó no recae en la ficción. Se podrá hablar sobre la venta indiscriminada de armas de alto poder letal en un país que predica una paz que no practica. La obra no tiene la culpa de sus malos lectores: si algún enajenado con tendencia al fanatismo se "inspira" es una canción o en una novela o en una película para perfilar sus actos de violencia, no se puede jugar al chivo expiatorio con esos productos culturales. Mi asociación entre estas situaciones responde a que los cómics son parte de mi vida y, en muchos cosas, sus ámbitos culturales y sociales determinan mi recorrido por el mundo y la gente que conozco.
Todo esto para hacer una simple propuesta: mañana en su día cotidiano cuente las armas que ve a su alrededor. Si suman más de 10, haga un cómic de romance. Así de sencillo.
Nota: De esa clase salieron dos cómics de romance: Tragic Hot Luv y una historia de Bearman.
Nota: De esa clase salieron dos cómics de romance: Tragic Hot Luv y una historia de Bearman.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario