Con esta entrada comienza una nueva sección en Drake Cómics: Retrolector. Esto lo hago porque, después de muchas vueltas, por fin tengo un lugar estable donde he podido reunir todos los pedazos de mi colección de revistas y libros que por años estuvieron dispersos por muchas partes. Creo que es importante complementar las discusiones que estamos teniendo en las distintas comunidades de creación y difusión de historietas con algunos referentes del pasado.
Un tema recurrente en el cómic colombiano es definitivamente la identidad. ¿Vale la pena buscar una forma particular de hacer cómic "al estilo colombiano" o estamos condenados a fotocopiar pues es lo único que asegura ventas? ¿Qué significa tener una identidad propia: hacer superhéroes colombianizados o registrar nuestras cotidianidades en historietas o algo en la mitad? Estas preguntas me llevan a retroleer la siguiente editorial de ACME #4, publicada en agosto de 1993, de la cual quiero compartir algunos fragmentos:
No, usted ni se equivocó. Acaba de comprar ACME y no la última "Heavy Metal" como pensó al ver la carátula de este nuevo ACME. Sí, sí ACME, LA revista colombiana de historietas ciento por ciento criolla. Repito CO-LOM-BIA-NA...
... es un poco de resentimiento frente a ciertas opiniones poco constructivas que oí recientemente. Además, no se ponen de acuerdo. Algunos dicen: "Deberían hacer algo más parecido a las europeas". Y otros "¿Por qué no hacen unas historietas series más al estilo de los cómics gringos?"
Un minuto queridos amigos. El cómic europeo y el norteamericano tienen características que les son propias. El cómic colombiano "alternativo" está apenas llegando a su número 4 después de 9 meses de existencia y el lugar de reconocer nuestra búsqueda de un estilo propio del cual nos podremos sentir orgullosos en unos años, quieren que mimeticemos en un estilo que no nos identifica....
Considero entonces que ni Caramelot, Pepe, Bernardo, Leocomix, Quiló, Armando o nadie más de los trabaje para su revista favorita estén copiando algo ya existente sino que tratan de desarrollar no solamente para ellos, sino para las generaciones futuras que nos seguirán (no somos los egoistas que se imaginan), un estilo colombiano que esperamos un día sea reconocido por los demás países, tanto a nivel latinoamericano como a nivel mundial. Además, pensar así es poco relevante para la cantidad sorprendente (mucho más de lo que piensan) de suscriptores que tenemos y ellos sí creen que vamos bien orientados.
No estamos todavía en ese estado de decadencia para pensar que solo lo extranjero es bueno. Es tiempo de despertarnos y tomar conciencia de que nosotros también podemos hacer cosas buenas...
Tener la suerte de encontrar en un país como el nuestro tal cantidad de talentos es la prueba de que sí hay posibilidad de demostrar nuestra propia independencia artística. Mejor morir antes que llegar a un Comiccidio.
-ACMENNota: Actualicé la ortografía y el estilo porque soy muy psicorrígido. Les dejo también una copia de la página editorial con algunas firmas:
4 comentarios:
en lo personal no me opongo a las influencias extranjeras, considero que hay que mirar modelos exitosos y tratar de nacionalizar-los, eso sí, teniendo en cuenta las características poblacionales de un país rural como el nuestro. a demás es fundamental para poder ingresar y competir con el mercado internacional. Si miramos la historia de la narrativa dibujada vemos fenómenos como el Manga quienes sus primeros autores trataron en un principio de imitar el estilo gráfico de Disney o la influencia decisiva de Milton Caniff en el cómic argentino de mediados del siglo pasado. La vaina es como le damos nuestro toque, nuestro sabor particular, ese condimento que nos lo haga saber propio, y no permitirnos lo de siempre: seguir la modita del momento que cuando pasa se acaba el proceso en espera de una nueva moda, de un nuevo relevo.
Hola, Warner
El tema de las influencias y la identidad es bien complejo porque no hay una receta que nos lo solucione por anticipado. Más que un tema de retórica, creo que aprender a ser influenciado sin perder la perspectiva crítica es algo que se construye con trabajo, con honestidad creativa (una forma bonita de decir autocrítica) y con continuidad.
Para mí, tanto mi trabajo comercial como lo independiente ha estado determinado por una pregunta: ¿cómo comunicarme con los lectores colombianos? Hacer que la historieta sea colombiana implica plantear un trato con los lectores locales a largo plazo. Establecer este trato implica transformar los cómics que uno hace, cambiar sus conceptos, sus objetivos y sus ideales. No basta con poner un sellito de Made in Colombia y asumir que aquí van a funcionar las mismas cosas que en Japón o en Estados Unidos.
Retomé la editorial de ACME porque me llamó la atención la pregunta pero además el tono. Me sorprendió que asumieran una actitud tan defensiva frente a la crítica. Como si un comentario pusiera en duda la legitimidad del proyecto en vez de ser una oportunidad de tener una perspectiva nueva sobre el trabajo propio. Después leí algunas reseñas de revistas colombianas en otras ACME y me di cuenta de que se criticaba (y en algunos casos, todavía se hace) con el mismo tono destituyente. Eso creo que es algo para tener en cuenta.
Hey, Amigolucho, me da un poco de vergüenza espamearlo pero es que estoy publicando un cómic y pensé que podía interesarle verlo:
Lunes miércoles y viernes en http://fiascomics.tumblr.com/
Y los viernes actualizo las páginas publicadas en la semana en http://nosepuedeencontrarelservidor.blogspot.com/2011/08/secretaria-de-salud.html
Eso era todo. Saludos.
Cuanto puede llegar a costar?
Publicar un comentario