La edición de julio de la revista El Librero incluye el siguiente artículo sobre la historieta en Colombia. Gracias a José Jaramillo por poner sobre la mesa este diálogo entre amigos. En vista de que la revista no tiene página web, me permito incluir una versión digitalizada del artículo.
Queda en el aire el debate sobre la masividad del cómic. Quiero aclarar mi posición personal sobre el tema por si acaso: no creo que a la historieta colombiana le falte un superhéroe, o una experiencia masiva para recuperar su lugar en el horizonte cultural colombiano. Creo que el potencial de la historieta es mucho más que establecer marcas en el público juvenil o en el público que sea. Por el contrario, pienso que volverse a conectar con los lectores colombianos es una tarea de honestidad creativa y el modelo económico se debe desprender de esa característica: más que ser masivo, me interesa que esta generación produzca obras que interpelen los sueños, las pesadillas, los recuerdos y el futuro de nuestro país [o de nuestra región, o de nuestro continente, o de nuestra esquina, o de nuestro mundo]. Solo así pasaremos de leernos entre nosotros a ser leídos por el conjunto de la sociedad, ese es el verdadero objetivo.
Me temo que, en el fondo, la intensión de "hacerse masivo" pasa por subvalorar a los lectores y sus posibilidades intelectuales. Me niego a ver a los lectores como simples clientes. Y no soy fantasioso, entiendo que la viabilidad económica es determinante para el futuro de este proceso, pero me niego a invertir la ecuación, pues la prioridad, como lo dije arriba, es otra. Además, también me molesta que se ignoren las particularidades de los lectores y se pretenda imponerles los modelos precocidos de Europa y Estados Unidos: ¿qué hace pensar que un superhéroe de comic-book tiene sentido para este país?
Nota: Sobra decir que mi intención es aportar a una discusión entre amigos, no convertir mi opinión en un ataque personal. Hay otros espacios que han hecho de esa práctica su razón de ser, pero yo solo quiero debatir y crecer en el disenso.
Nota: Sobra decir que mi intención es aportar a una discusión entre amigos, no convertir mi opinión en un ataque personal. Hay otros espacios que han hecho de esa práctica su razón de ser, pero yo solo quiero debatir y crecer en el disenso.
4 comentarios:
yo solo digo que presto mis armas para continuar en la lucha
Totalmente de acuerdo. Aunque es necesario que la cosa sea autosostenible, no por ello debe estar esclava del mercado. Pensar solo en eso desnaturaliza el arte...
Pablo: gracias por el comentario y la crítica. El objetivo es poner cada vez a más gente a hablar sobre comics y creo que eso se está cumpliendo.
Desde mi punto de vista no se trata de volver a esa discusión sobre la pérdida de aura del arte. Por un lado siento que la parte experimental del cómic está sólo en esa naturaleza independiente que tiene y hay que seguirla desarrollando. Reconozco que convertirlo en algo masivo sería tenaz para los productores independientes y, como dice Trucha, que en un país como este donde la distribución es nula, lo masivo mataría a lo independiente. Sin embargo me preocupa el tema de que la gente aprenda a leer en viñetas: en un país como este, donde no existen lectores competentes de comic ¿no deberíamos proponer estrategias para llegarle masivamente a la gente con comics fáciles de leer?
Ahí le dejo el punto para seguir discutiendo. Y, de nuevo, muchas gracias.
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