Les recuerdo que el próximo miércoles 28 de abril celebraremos la segunda reunión del Club del cómic de la Biblioteca Luis Ángel Arango. Esta vez nos daremos cita en los salones de talleres del Museo de Arte del Banco de la República (mejor dicho, cruzando la calle).
La obra que discutiremos es Akira de Katsuhiro Otomo, uno de los referentes más importantes del cómic mundial, que fue líder en la transformación de todos los mercados comiqueros pues fue uno de los primeros mangas en traspasar las fronteras geográficas y conquistar los lectores occidentales. Además, fue precursora en introducir a cientos de miles de fanáticos a la animación japonesa de la mano de su excelente adaptación cinematográfica. Akira cambió las reglas del juego porque por un minuto nos dio la sensación a sus lectores de que el mundo del cómic se hizo, al mismo tiempo, pequeño (nos convirtitó en una sola comunidad) e inmenso (inspiró un millón de proyectos).
Katsuhiro Otomo nació en Miyagi en 1954. Se mudó a Tokio en 1973 y debutó en los cómics con Jyu-Sei, una adaptación de Mateo Falcone del escritor francés Prosper Mérimée. En 1979, rompió todas las reglas del manga tradicional con la serie Fireball. Un año después, publicó Domu, obra ganadora del Gran Premio de Ciencia Ficción de Japón.
En 1982 lanzó Akira. Primero fue serializada en Young y rápidamente se convirtió en un éxito impresionante. Diez años después, Otomo terminaría esta historia de pandillas motorizadas, psíquicos y escenarios post-apocalípticos. En 1987 se empezó a publicar la traducción al inglés de la serie bajo el sello Epic de Marvel Comics. Hoy sigue siendo un clásico imperdible para cualquier persona que se precie de ser un amante de las viñetas. Por su parte, Otomo es, después de de Tezuka, el nombre más reconocido del cómic y la animación japonesas.
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